Mar, montañas, humedales, ríos, lagunas, alerzales y una variada fauna es lo que ofrece Patagonia Costa.

 

Sin duda, el mar es el protagonista. Aquí se da inicio al primer archipiélago del fin del mundo, con islas casi inexploradas, sinuosos canales y tranquilas bahías, donde se pueden avistar cetáceos y una variada avifauna.

 

Hacia el interior del territorio sobresalen los bosques precordilleranos. Entre estos últimos destaca el Parque Nacional Alerce Andino, que junto a la Reserva Nacional Llanquihue y el Monumento Natural Lahuen Ñadi invitan a contemplar los últimos remanentes de alerce.

 

Otro lugar imprescindible de visitar son sus 4 Santuarios de la Naturaleza, los cuales preservan esta naturaleza vibrante de Patagonia Costa.

Naturaleza vibrante en
Patagonia Costa

Parque Nacional Alerce Andino

Se ubica a 40 kilómetros de Puerto Montt y cuenta con una amplia red de senderos que conducen a alerzales de aproximadamente 2.500 años. Además de esta conífera endémica, en las casi 40 mil hectáreas del Parque se encuentran otras especies como el coigüe, la lenga, el mañío y el canelo.

 

Los principales representantes de su avifauna son el cóndor, el carpintero negro, el hued hued, el martín pescador, el pato real y el caiquén. Habitan también en sus bosques mamíferos como el pudú, el puma, la güiña, el chingue, el monito del monte y el zorro gris.

 

El Parque cuenta con tres accesos denominados Correntoso, Sargazo y Chaicas. Los tres sectores cuentan con senderos y áreas de picnic. En su interior también se pueden descubrir las hermosas lagunas de Sargazo, Caiquenes y Triángulo.

NOTA: El ingreso se hace a través de un condominio privado, por lo que hay que llamar a Conaf (‎+56 9 85702388) para que abran el portón de acceso. 

Monumento Natural Lahuen Ñadi

No hay que caminar kilómetros y kilómetros por un lugar inhóspito para ver alerces. A solo 13 kilómetros de Puerto Montt y cercano al aeropuerto El Tepual, se encuentra el Monumento Natural Lahuen Ñadi, uno de los pocos remanentes de alerces ubicados en el valle central. 200 hectáreas que se pueden considerar un verdadero milagro de conservación, que ha sobrevivido a carreteras, predios agrícolas, parcelaciones y centros urbanos.

 

Un lugar para desconectarse de la ciudad, observando alerces “jóvenes” (el más antiguo tiene alrededor de 1500 años), una gran variedad de hongos, y una abundante avifauna, donde destaca el chucao, carpintero negro, hued hued y rayaditos.

 

Cuenta con dos senderos. Uno inclusivo para personas con movilidad reducida de 600 metros, que tiene acceso al alerce más antiguo del lugar, y uno de 2 kilómetros, muy simple de realizar con toda la familia. Además, cuenta con un pabellón multisensorial, orientado a estudiantes, y niños y niñas con necesidades educativas especiales y con trastorno de espectro autista (TEA), el pabellón incorpora tres módulos (visual, auditivo y táctil) con contenidos sobre flora, fauna y funga, y el cuidado del medio ambiente.

Santuario de la Naturaleza
Humedales del Río Maullín

Otro lugar imprescindible de visitar son los humedales del río Maullín, ubicados en el extremo oeste, frente al Océano Pacífico. Reconocidos a nivel mundial por su aporte a la conservación de la biodiversidad, estos ecosistemas reciben a cientos de aves migratorias en busca de refugio y alimento.

 

El Santuario comprende diversos tipos de humedales donde destacan planicies mareales, marismas, ríos, estuarios, praderas inundables, pajonales, lagunas, hualves y turberas, que constituyen hábitats ideales para 152 especies de aves silvestres, de las cuales 17 son migratorias.

 

Santuario de la Naturaleza
Isla Kaikué-Lagartija

Conocida también como Isla Lagartija, la isla Kaikué, (Isla de los Pájaros en lengua mapudungun), es un refugio natural para más de 24 especies de aves y sitio de nidificación de siete especies de aves marinas, entre ellos el cormorán imperial, la gaviota dominicana, el pato quetru no volador y los pingüinos de Humboldt y de Magallanes.

 

Fue declarada Santuario de la Naturaleza por el Consejo de Monumentos Nacionales. Por medio de algunos operadores turísticos locales el visitante tiene la posibilidad de navegar alrededor de este fascinante islote (no está permitido descender en él) para observar y fotografiar su rica biodiversidad.

Santuario de la Naturaleza
Parque Katalapi

El Santuario de la Naturaleza Parque Katalapi es un lugar enfocado en la educación ambiental, creado con el fin de apoyar la investigación científica vinculada al bosque nativo y al mismo tiempo enseñar a amar, conocer y valorar la naturaleza a niños, jóvenes y adultos.

 

Katakapi es una iniciativa privada de la Familia Corcuera Vliegenthart, propietarios y directores del parque desde 1994. El 2020, gracias a la iniciativa de la familia, el Parque fue declarado Santuario de la Naturaleza y es administrado por la Fundación Parque Katalapi.

 

Cuenta con 28 hectáreas de bosque nativo, ubicadas a solo 18,5 Km de Puerto Montt, por la Carretera Austral, entre el mar y el Parque Nacional Alerce Andino, sector Cordillera de Quillaipe.

 

Más que ver o caminar por un bosque, este Santuario de la Naturaleza es una la manera perfecta de vivir y amar nuestros bosques, entendiendo cómo flora, fauna y funga se relacionan en perfecta armonía y se necesitan unos a otros. 

 

Para visitarlo se debe hacer una reserva con al menos 24 horas de anticipación (https://www.parquekatalapi.cl/), ya que todas las visitas son guiadas por educadores ambientales, que enseñan las dinámicas e interacciones del bosque.

Santuario de la Naturaleza
Bosque fósil de Punta Pelluco

Entre Pelluco y Coihuín, a 5 km al sureste de Puerto Montt, se encuentra el Santuario de la Naturaleza «Bosque fósil de Punta Pelluco».

Más de 100 restos de alerce y ciprés de las guaitecas fosilizados constituyen este sitio paleobotánico de casi 50 mil años de antigüedad. Los científicos presumen que este bosque fue sepultado por las cenizas de una erupción volcánica pleistocénica, sobreviviendo las bases de sus troncos (tocones) y sus extensas raíces.

Los restos de los troncos son visibles solo con marea baja.